sábado, 1 de agosto de 2009

Quise quererte,
en ti misma, quererte,
acariciando cada uno de tus sueños
... cada uno de tus sigilos callados.

Me atreví a susurrar sueños,
a susurrarte deseos alcanzables,
más atrevido: quise besarte
y borrar de ti toda tristeza.

Fue ese instante inacabado,
en el que vi tu mirada y su ternura,
el tintineo de esa emoción infantil,
el alma abierta a sentimientos

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